Dinamarca vuelve a las semis de la Euro tras casi 30 años

La Selección de Dinamarca, con el alma de aquella que se coronó en la edición de 1992, elimina a República Checa y se planta entre las mejores cuatro.

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Eurocopa 2020
Selección de Dinamarca
Reuters

El espíritu de la Eurocopa de Suecia 1992 se instaló en la selección de Dinamarca del año 2021, semifinalista sorprendente tras eliminar a la República Checa después de ganar 1-2 y alcanzar una ronda inédita en el cuadro escandinavo desde hace casi treinta años.

Dinamarca acabó con el sueño de la República Checa y alimentó el suyo propio en el duelo de las sorpresas de los cuartos de final. Huérfanos de emociones desde hace décadas, el premio de las semifinales se lo llevó la selección que comenzó el torneo con un amago de tragedia y que continuó de éxito en éxito hasta alcanzar una ronda seguramente inimaginable para muchos.

Sufrió para conseguirlo. La República Checa vendió cara su derrota con una reacción inesperada cuando parecía acabada. El 0-2 de la primera parte no hizo hincar la rodilla a un grupo de jugadores que se levantó cuando parecía caído para engrandecer la eliminatoria de las selecciones sorpresa.

Dinamarca emula lo conseguido hace 29 años

Como en las Eurocopas de 1992 y 1996, pocos esperaban el concurso de ambos equipos en las rondas finales. En Suecia 1992, la Dinamarca de Richard Moller Nielsen demostró que era posible ganar algo grande pese a tener todo en contra. Clasificados de rebote para la fase final tras la expulsión de Yugoslavia y después de citar a jugadores que estaban de vacaciones, logró una hazaña irrepetible alzando el título de campeón.

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En Inglaterra 1996, fue la República Checa la que estuvo a punto de dar la campanada tras plantarse en la final. Perdió con el famoso gol de oro de Oliver Bierhoff, pero rozaron una gloria. El retrovisor de la historia presagiaba un duelo nostálgico bañado de presente. El ganador, volvería a agitar las emociones de dos países que han caminado por el desierto demasiados años.

Los daneses no esperaron para atacar y golpear

Dinamarca fue la encargada de golpear primero. Muy pronto, a los cinco minutos, se adelantó en el marcador con un cabezazo de Thomas Delaney a la salida de un córner. Sólo entre las torres checas, se encontró con un regalo que no desperdició.

Su tanto fortaleció la filosofía danesa, que saltó al terreno de juego con los mismos once que arrasaron a Gales 0-4 pese a recuperar a Yussuf Poulsen y a Daniel Weiss. El técnico Kasper Hjulmand decidió no tocar aquello que funcionó y Dinamarca mantuvo el nivel pese a la resistencia de sus rivales.

Compactos, firmes en la zaga y, sobre todo, muy vertiginosos al contraataque se postraron como los amos del duelo. La consistencia de Simon Kjaer, la imaginación de Mikkel Damsgaard, la insistencia de Joakim Maehle y el acierto de Kasper Dolberg, cimentaron un equipo serio para acercarse a las semifinales.

Damsgaard, en dos ocasiones, y Delaney, pudieron hacer el segundo antes del descanso, pero fue Dolberg, al límite del final de los 45 primeros minutos, quien dejó muy encarrilado el partido con una volea tras una asistencia de tres dedos de Maehle.

Schick revive a los checos

Enfrente, con Patrik Schick desaparecido, el cuadro checo solo pudo intimidar a Kasper Schmeichel con una volea de Petr Sevcik y un remate de Tomás Holes. El delantero del Leverkusen no tuvo ninguna presencia en el acto inicial, pero en la reanudación, con un solo toque, igualó a Cristiano Ronaldo con cinco goles en la Eurocopa y revivió el partido.

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Los checos salieron en tromba del vestuario, buscando la remontada. No tenían tiempo que perder y a los dos minutos Schick puso picante al duelo tras rematar un centro de Vladimir Coufal desde la banda derecha. Los hombres de Jaroslav Silhavy se encontraron con una oportunidad, pero no pudieron aprovecharla.

Dinamarca no se relajó, aguantó bien a su rival, sufrió algún que otro susto e inquietó con Poulsen a la cabeza. Al final, la República Checa no pudo cambiar el destino. Estaba escrito que el equipo de Hjulmand, como la Dinamarca de 1992, comenzaría con un sobresalto, en su caso el desmayo de Eriksen, y acabaría soñando con un título que hace casi tres décadas consiguió por sorpresa.

EFE

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