La Selección de Italia no dio opción este miércoles a la de Suiza en el estadio Olímpico de Roma y la arrolló por 3-0 con un doblete de Manuel Locatelli y un gol de Ciro Immobile, para convertirse en el primer equipo ya matemáticamente clasificado para los octavos de final de la Eurocopa.
Con otra prestación excelente, con un juego atractivo y una defensa impermeable, Italia selló su décima victoria consecutiva, todas sin recibir gol alguno, y prolongó su momento dulce.
A falta de una jornada para el final del grupo A, el seleccionado “azzurro”, campeón de Europa en 1968 y cuatro veces campeón del mundo, es líder con seis puntos, dos más de Gales y cinco más que Suiza, mientras que Turquía cierra el grupo con cero puntos.
Los 16.000 espectadores presentes en el Olímpico, muchos de ellos suizos, asistieron a un nuevo monólogo de Italia, fiel a su nuevo estilo con la circulación del balón como clave. Un equipo sólido, brillante, que sueña en grande y que recibió una sentida ovación de su hinchada como premio para otra gran noche.
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Guiado por la técnica de Leonardo Bonucci, uno de los mejores defensas de Europa en la salida del balón, de Jorge Frello “Jorginho”, el cerebro del Chelsea campeón de Europa, y por la velocidad de Domenico Berardi y Leonardo Spinazzola, Italia se adueñó del balón y anuló por completo el plan táctico de Suiza, que salió al campo del Olímpico decidida a presionar arriba.
Italia no permitió que Suiza actuara
Los “azzurri” encerraron a Suiza en su área y empujaron hasta derrumbar el muro. Disfrutaron de la ventaja en el minuto 19 con Giorgio Chiellini, cuya diana fue anulada tras revisión VAR por un toque con una mano, y poco después consiguieron el premio.
Pese a la sustitución obligada de Chiellini, quien se retiró poco después de la diana anulada por problemas físicos, Italia rompió la igualdad con una excelente triangulación entre Locatelli y Berardi.
Locatelli abrió el balón con un brillante pase a Berardi para liberarle en la banda derecha y recorrió rápidamente cuarenta metros de campo para cerrar el triángulo con un cómodo remate a placer tras el centro raso de su compañero.
Fue el gol que quitó presión de encima a una Italia que perdonó al menos dos buenas oportunidades para ampliar distancias antes del descanso, primero con Spinazzola y luego con Immobile.
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Suiza seguía con vida y regresó tras el descanso con agresividad, en el intento de romper la barrera defensiva italiana, pero sus intentos no tuvieron éxito y fueron castigados a los cinco minutos de nuevo por Locatelli.
El centrocampista del Sassuolo controló el balón en la frontal del área y firmó un zurdazo cruzado que fulminó a Yann Sommer y que desató la euforia de los aficionados de Roma.
Fue un golpe psicológico que dejó tocada a Suiza e Italia siguió creando un enorme volumen de juego y oportunidades para hacer más abultado el marcador.
Tras unas oportunidades perdonadas por Immobile y Chiesa, quien saltó al campo en los últimos veinte minutos en sustitución de Insigne, los “azzurri” pusieron la guinda a su partido con el definitivo 3-0.
Fue obra de Immobile, delantero del Lazio, con un misil desde fuera del área que lanzó a Italia hacia octavos.