El Estadio Azteca, que algún día fue la fortaleza más respetada y temida de toda la CONCACAF, se ha convertido en una cancha más, una que no generar miedo a los contrarios y que ya no infunde miedo al resto de los rivales.
El hogar del conjunto mexicano ha perdido todo el respeto que por décadas construyeron a base de goles y buen futbol. Un país que había sido nombrado con el “grande de la zona”, lograba atemorizar con sus más de cien mil asistentes a las selecciones más imponentes de todo el mundo, pero eso ha cambiado de una manera radical.
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¿Por qué ha dejado de pesar el Estadio Azteca?
Muchos factores han influido en el cambio tan radical que ha sufrido el Coloso de Santa Úrsula, entre ellos el horario que ya no es el mismo, el sol agotador de medio día que por tantos años acompañados a los seleccionados aztecas, ya no existe, se ha transformado en una noche con un clima más agradable, con mayor “comodidad” para desplegar un futbol de élite.
La afición ya no hace pesar la casa del conjunto azteca, no se percibe el apoyo total que tenía el público hacia México, han dejado de ser el jugador número 12 dentro del terreno de juego.
La última vez que pesó el Estadio Azteca
La última ocasión en que el Estadio Azteca rugió y se hizo pesar fue hace más de 11 años, siendo el 12 de agosto de 2009 el último gran día que se vivió en él.
La Selección Mexicana necesitaba el apoyo total de su gente para ganarle al odiado rival Estados Unidos, se necesitaban los tres puntos si se quería llegar al mundial de Sudáfrica; todo pintaba como una película de terror, México inició perdiendo el partido con un gol de vestidor pero después de una tarde agónica y del apoyo de la afición, lograron darle la vuelta y ganar el encuentro, con goles de Israel Castro y Miguel Sabah.
Aquella victoria no hubiera sido posible sin la perfecta atmosfera que existió entre los jugadores, el público y el estadio, para convertirse en uno mismo sobre el terreno de juego, atmosfera que se ha esfumado.
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