El liderato del América es ficticio
La posición en la tabla no refleja el verdadero futbol de las Águilas, que no juegan a nada.
Vaya ‘zarandeada’, vaya sacudida que recibieron mis poderosas y gloriosas Águilas del América, en un partido que quedará marcado durante todo este torneo y mucho más tiempo en la memoria de los americanistas por la forma en que se perdió contra los Gallos, que tuvieron un partido extraordinario, brillante, y que supieron entender perfectamente cuáles son sus virtudes y limitaciones. Y respaldados con eso, lo aplicaron al terreno de juego, en donde demostraron que son un equipo muy bien trabajado, que sabe lo que hace.
Por otro lado, el América no muestra eso. Más allá de algo ficticio, algo que no se debe tomar como parámetro, como base, el que vaya de líder en el torneo, el América en sus últimos tres partidos realmente no ha jugado a nada, y si incluimos la famosa goleada contra los Xolos, pues ya sabemos la actualidad del equipo de Tijuana.
Eso de hablar de que se tiene que ganar, gustar y golear, no es tan fácil en el América, no es tan sencillo. Creo que a este América le falta mucho, no tiene un estilo de juego definido como los Gallos sí lo demostraron, fue muy claro, muy obvio.
No hay equilibrio en las líneas del América. Defensivamente fue un desastre y ya vienen arrastrando eso desde hace tiempo, y en la parte ofensiva les faltan ideas. Se recarga demasiado el juego en una sola persona, en un jugador que debe estar inspirado, y se vuelve demasiado predecible. Así cualquier equipo lo puede anular de manera tranquila y tienen que esperar un chispazo, la inspiración de algún jugador para poder anotar un gol y darle esperanzas al equipo.
Hubo una expulsión que tampoco es un buen reflejo de lo que se vive en el equipo, y muchas cosas que se tienen que analizar a fondo porque este América no está funcionando, este América no se conecta con los aficionados, y está muy distante de ser un equipo que en su historia, a lo largo de muchos años, ha predicado un futbol en el que se debe de ganar, gustar y golear, cosa que hoy en día no está pasando.