Dicen que la vida puede dar giros inesperados de un momento a otro. Esa es la historia de Carlos Horacio Argueta, jugador del Olímpia y seleccionado Sub 23 de la selección catracha que está participando en el Preolímpico de Concacaf celebrado en Guadalajara.
La dura situación económica derivada por la actual crisis de salud orilló a este y muchos otros futbolistas a buscar una fuente alterna de empleo. A diferencia de otros equipos y otras industrias a nivel mundial, algunos clubes centroamericanos dejaron de tener ingreso para pagar los salarios de sus jugadores por el parón de su liga, lo que obligó a muchos a buscar otras opciones de subsistencia.
El centrocampista de 22 años estuvo metido en la industria de la construcción y del café, actividades que le dejaron una gran experiencia, enseñanza y de valores alejado de las canchas. Obviamente, meses fuera del futbol le generaron cuestionamientos sobre seguir en dicha profesión. Ahora se encuentra de vuelta en el deporte que tanto quiere, gracias a la perseverancia y el sacrificio de esperar que las cosas se acomoden en el momento adecuado.
Te puede interesar: Hat-Trick de Córdova y México golea a República Dominicana
Honduras: el caballo negro
Sobre las posibilidades de este combinado hondureña, muchos lo ven como el llamado “caballo negro” del Preolímpico, que da dos boletos para los Juegos Olímpicos de Tokio a celebrarse este verano. Los candidatos obviamente son México, Estados Unidos y posiblemente Costa Rica. La ventaja para el conjunto dirigido por Fabián Coito es que ellos se encuentran en otro grupo (A).
En ese sector B, Honduras se enfrentará a Canadá, El Salvador y Haití, un panorama más claro para entrar por lo menos a semifinales, y después, todo es posible en el futbol. Al final soñar es valido para estos jugadores, una camada llena de hambre y deseo de supervivencia, encabezada por nombres y hombres con características similares a Carlos Horacio Argueta.
Te puede interesar: Las peores eliminaciones de México rumbo a Juegos Olímpicos