Japón no ha logrado detener ni controlar la pandemia por coronavirus en la casi recta final hacia los Juegos Olímpicos a celebrarse este año en Tokio 2020.
Debido a la cuarta ola de contagios que los afecta desde principios de abril, el número de contagios de personas con síntomas graves alcanzó el domingo pasado cifra récord desde el inicio de la pandemia con 1,050 pacientes; aún cuando la cantidad de contagios es menor a muchos países del mundo.
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Si se considera que el número de enfermos hospitalizados o bajo tratamiento médico roza los 59,000, el problema es serio porque es el mayor nivel desde enero de este año, donde regiones como Tokio, Osaka, Hyogo y Kyoto están al borde de su máxima ocupación en hospitales.
Estas prefecturas, como se les llama allá a las ciudades o zonas del país, están bajo estado de emergencia desde el 26 de abril tratando de contener el virus, y el personal médico y enfermeros están trabajando a marchas forzadas y con horarios agotadores.
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Graves problemas en Japón
Algunas prefecturas como Osaka o Aichi tienen graves problemas porque muchos trabajadores sanitarios se han infectado o han abandonado sus trabajos debido a las duras condiciones y la presión, que incluyen trabajar numerosas guardias nocturnas que superan por mucho el límite legal.
Agregar a esta situación mas horas de trabajo, sin sueldo y además pretendiendo que la participación de estos profesionales se haga de manera voluntaria, ha generado tanto en las poblaciones como en todo el personal médico, rebelión, descontento, sentimientos de injusticia y deserción.
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Kastunobu Kato, Secretario en Jefe del Gabinete de Japón, aseguró en una rueda de prensa el pasado viernes, que intentarían tomar medidas de forma que no afecten al sistema médico local y para que al mismo tiempo, el personal médico y sanitario ayude a desarrollar unos juegos de forma segura. ¿Será que se logre?