La salida de Sergio Pérez no solo sacudió el mundo de la Fórmula 1, sino que desató una crisis en las redes sociales de Red Bull Racing. La escudería austriaca enfrenta una pérdida masiva de seguidores y, para colmo, está siendo acusada de maquillar la situación comprando seguidores falsos.
Sergio ‘Checo’ Pérez en la final Rayados vs América de Liga BBVA MX
La fuga de fans tras el despido de Checo
Desde que se anunció el despido de Pérez, la cuenta oficial de Red Bull en Instagram ha caído de 13.2 millones de seguidores a 12.7 millones en cuestión de días. Este medio millón de unfollows refleja el enojo de miles de aficionados, principalmente mexicanos, que decidieron manifestar su descontento de forma contundente.
Sin embargo, lo más polémico no es la pérdida, sino las acusaciones que han surgido: Red Bull podría estar recurriendo a prácticas poco éticas, como la compra de bots, para contrarrestar el impacto de esta fuga masiva de seguidores.
Te puede interesar: Christian Horner revela que Checo Pérez asumirá un nuevo rol en Red Bull
Patrones sospechosos en los nuevos seguidores
Algunos usuarios han analizado los nuevos seguidores que han llegado a la cuenta y detectaron patrones llamativos: perfiles sin publicaciones, nombres genéricos y una actividad limitada a seguir únicamente a la escudería. Estas características son típicas de cuentas falsas utilizadas para inflar cifras en redes sociales.
La compra de seguidores es una estrategia común en el mundo digital, pero resulta controvertida y dañina para la reputación de quienes la emplean. Si las acusaciones resultan ser ciertas, Red Bull no solo enfrentará críticas por despedir a Pérez, sino también por intentar manipular su presencia digital.
Te puede interesar: Red Bull confirma el reemplazo de Checo Pérez para la Temporada 2025 de la Formula 1
Un golpe doble para Red Bull
A esto se suma que
Liam Lawson
, el reemplazo de Pérez, se ha convertido en el blanco de ataques por parte de los fans del mexicano, lo que intensifica la tensión para la escudería.
Red Bull deberá afrontar tanto las repercusiones deportivas como las digitales de esta crisis, mientras sus seguidores continúan cuestionando sus decisiones.