El jefe de Red Bull, Christian Horner, ha reconocido a medios europeos que Sergio “Checo” Pérez nunca fue el problema en el equipo, disipando así los rumores que señalaban al piloto mexicano por su bajo rendimiento en la primera mitad de la temporada de Fórmula 1.
A lo largo de ese periodo, Pérez fue criticado tanto por medios de comunicación como por miembros del paddock, quienes atribuían sus resultados poco satisfactorios a su desempeño en la pista. Mientras tanto, su compañero de equipo, Max Verstappen, continuaba acumulando podios y victorias. Sin embargo, Horner ha aclarado que el verdadero problema no era Pérez, sino el monoplaza RB20, que estaba en declive, y que no tomaron en cuenta las advertencias del mexicano sobre los problemas técnicos que se avecinaban.
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“Hemos rastreado el historial de desarrollo y resultó que el primer error nos ocurrió con una actualización de piso en Barcelona en 2023", explicó Horner. “Ese fue también el Gran Premio en el que Checo empezó a tener problemas con el coche. No nos lo tomamos tan en serio porque Max acabó ganando”, admitió el director del equipo, reconociendo que pasaron por alto las señales que el piloto mexicano les había dado.
En Red Bull esperan un cierre competitivo de temporada
Con el problema identificado y corregido, Red Bull podría tener un fuerte cierre de temporada. Checo Pérez demostró en Bakú que, más allá del incidente con Carlos Sainz que lo dejó fuera de la carrera en la penúltima vuelta, estaba en buena forma para competir por el podio. De no haber sido por ese contratiempo, Pérez habría peleado hasta el final por los primeros lugares.
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Ahora, con el RB20 mejorado y las tensiones disipadas, se espera que Red Bull cierre con fuerza y que Pérez vuelva a ser un contendiente clave en lo que resta del campeonato.