Desde que llegó a Red Bull, el equipo se ha “encargado” de alejar el auto del gusto conductivo de Checo Pérez. El mexicano ha tenido que lidiar contra eso, y contra las críticas de los medios europeos ante sus altibajos experimentados, sobre todo el año pasado.
Para esta temporada no es una novedad que el tapatío se sienta incómodo en el auto, aunque esta conversación no había surgido ante su buen rendimiento. Checo ha finalizado segundo en cada uno de los dos primeros grandes premios, e incluso en el de Arabia Saudita asemejó mucho sus tiempos en comparación con los del neerlandés Max Verstappen.
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“Por el momento el coche no es muy cómodo para mí, pero entiendo mucho más de cómo maximizar el rendimiento”, explicó el piloto de 34 años.
A pesar de reconocer en el la primera carrera no estuvo a la altura, sí hizo lo suficiente como para quedar segundo, y eso es un avance para Pérez, pues consiguió que sus diferencias con el auto pasaran a segundo plano.
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“Así que eso es algo que es bastante bueno para nosotros (el rendimiento), y en Bahréin, no lo puse. Debería haber estado en la primera fila, estás hablando de una décima o así, por lo que estás ordenando las cosas en la carrera”, lamentó tras verse obligado a escalar posiciones en pista, pues largó desde el quinto puesto.
El GP de Australia, un desafío mayúsculo para Pérez
Australia será una gran prueba para al piloto azteca, pues fue justo ahí en donde comenzaron los problemas la temporada pasada, finalizando en quinto lugar.
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No obstante, las sensaciones son buenas. Checo Pérez llegó a este ciclo con un cambio de mentalidad, mucho más tranquilo en conseguir los resultados carrera a carrera, y de momento ha demostrado que es la mejor opción para Red Bull de cara al 2025.
