Uno de los puntos más importantes en la preparación de los boxeadores rumbo a su siguiente combate es superar la báscula, dado que toda la preparación para un combate la haces en torno a dar el peso indicado un día antes de la pelea. Así sucedió con Canelo Álvarez y Gennady Golovkin.
Saber cuántos kilos suben los boxeadores después de cada pelea es un tanto complicado, dado que la preparación y decisión de cada equipo es distinta, pero previo a la trilogía entre Canelo Álvarez y Gennady Golovkin trataremos de ver un aproximado.
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Sobrepasar el peso o quedarte corto, afecta el desempeño
Una vez superada la ceremonia de pesaje, el siguiente punto en la lista de un pugilista es recuperar la cantidad de kilos que considere necesario para poder afrontar la pelea.
En este rubro se debe tener cuidado, ya que si se excede la cantidad de peso ganado puede llegar a ocasionar que el boxeador se sienta lento y pesado en los rounds, aunado a que puede ocasionar que su condición física se vea mermada como consecuencia del estado en el que se encuentre su cuerpo.
Por el contrario, en caso de que no logre recuperar el peso suficiente, su pegada durante la pelea se ve afectada de manera directa, debido a que sus golpes no van a ser lo suficiente fuertes al momento de impactar en contra de su rival.
La genética y la dieta influyen en el aumento de peso
La cantidad de libras que aumente cada uno de los pugilistas en cuestión a las horas que existen entre que se midan ante la báscula, un día antes de que se suban al ring para enfrentarse a su contrincante, puede ser distinto de manera drástica, ya que influyen muchos factores.
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La genética del boxeador, la estatura, el porcentaje de grasa con el que cuente su cuerpo, hasta cómo fue su preparación las semanas y meses previos, toma relevancia debido a que un punto importante es la dieta que manejaron durante su entrenamiento, o en su defecto, si llevaron la alimentación con la que están acostumbrados a comer durante todo el año.
La cantidad aproximada de kilos que logra subir un boxeador ronda entre los tres y seis, pero es una cifra que puede variar de manera drástica entre un atleta y otro.
