Julio César Chávez marcó una época para el box. Lo caracterizaron varios elementos: una técnica exquisita, una banda roja que le ceñía la cabeza antes de cada pelea y ese acercamiento con el pueblo que hasta el día de hoy le concede el calificativo de ídolo.
Hablar de JC Chávez es hacerlo de épicas batallas, de un KO dramático sobre Meldrick Taylor, de imbatibilidad, de heroísmo. Fuera del ring llevó la vida de un hombre que afrontó adicciones y que supo llevar su carrera hacia los puertos más exitosos.
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Él se adentró al boxeo como aficionado a los 16 años de edad, pero no duró mucho ahí. En 1979 representó al estado de Sinaloa en el Campeonato Nacional de 1ª Fuerza en la Ciudad de México. Aquella noche perdió una controvertida decisión contra Diego Ávila. Tras esta dolorosa derrota, decidió emprender una carrera profesional que inició con victoria en 1981 sobre Bobby Fernández.
El Gran Campeón Mexicano
Pero para llegar a ser el ‘Gran Campeón Mexicano’, recorrió un largo camino. Tres años después de su debut profesional, el 13 de septiembre de 1984, se alzó con el título vacante del Consejo Mundial de Boxeo, CMB, tras imponerse al también mexicano Mario ‘Azabache’.
Era el inicio de una carrera nunca antes vista en el mundo, noches gloriosas. En la actualidad, las historias de Chávez siguen paralizando el pueblo mexicano. Dejó una auténtica leyenda cada vez que subió al ring.
Dejó exhibiciones asombrosas con los guantes puestos. En 1987 derrotó al puertorriqueño Edwin “El Chapo” Rosario. En 1992 también firmó una de las peleas que más se le recuerdan: defendió el título superligero del CMB ante Héctor ‘Macho’ Camacho. A esta victoria se le llamó ‘La más grande gloria’ y el mexicano se apoderó del cuadrilátero.
El 20 de febrero de 1993 se demostró que México se rendía ante la habilidad nata de Julio César Chávez. Hizo que más de 132 mil almas abarrotaran el Estadio Azteca. Aquella noche, el legendario mexicano terminó en cinco episodios al estadounidense Greg Haugen. Eran los años de gloria y la plenitud de una figura que llenaba de orgullo a todo el pueblo Azteca.
Probablemente el momento que define toda su carrera es la noche donde venció dramáticamente a Meldrick Taylor. Era una pelea perdida y necesitaba del KO para ganar y así sucedió. El Hotel Hilton de Las Vegas presenció una hazaña que ningún aficionado al boxeo puede olvidar.
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Era el round 12 de una pelea donde Julio César Chávez estaba apunto de perder el invicto. Se fue al frente, al intercambio de golpes, Taylor lo llevó al límite, estaba casi derrotado, Chávez se acomodó en las cuerdas y vino ese impacto justo en la quijada que terminó con la pelea al instante.
Es por estas historias legendarias que Julio César Chávez es llamado ‘El Gran Campeón Mexicano’. El boxeador más grande en la historia de todo el país.