Una de las etnias indígenas que aún habitan en el Estado de México es la otomí, cuya población se encuentra asentada mayoritariamente en 21 municipios de la entidad, entre ellos Xonacatlán, lugar de donde es originaria la artesana Reyna Rayón Salinas, principal promotora de su cultura en todo el mundo.
Su trabajo ha traspasado fronteras y con orgullo a compartido sus ancestrales conocimientos sobre la esencia otomí, como lo hizo en el Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana, realizado en Estados Unidos, donde presumió platillos tradicionales como el mole blanco.
Otros países como el Vaticano, Canadá y Japón conocen su extraordinario trabajo gracias a su ímpetu por conectar con las tradiciones y raíces que dan identidad al Estado de México; ahora, su obra, llega a un espacio deportivo por demás conocido y disfrutado en el mundo: el Boxeo.
Este cinturón, consiste en un trabajo desarrollado en telar de cintura, en el cual se crea la tela misma, no se trata de un bordado o de un detalle en la prenda, sino que la tela se va creando entretejiendo sus hilos.
El telar de cintura se amarra de un extremo a un árbol y en el otro se sostiene de la cintura con un mecapal. Tiene varios componentes: una serie de varas de madera empleadas para lograr el ancho de la tela y para tramar los hilos. Las varas de lizo sirven para levantar los hilos pares y crear espacio entre ambos juegos de hilos al que se inserta la trama. Además, con un aditamento llamado tzotzopaztli se aprietan las hebras para darle forma al diseño.
El diseño que lucirá el cinturón está inspirado en el nombre y las particularidades que hacen única a la cultura otomí.
La figura inicia con un “Flechador de pájaros”, que hace referencia a una de las principales actividades a las que se dedicaban ancestralmente, la caza; de ahí que luce dos aves encontradas en color rosa.
En este mismo color y como parte de la misma franja, se puede observar una greca que, en lengua otomí es gutabi, traducida al español como herramienta para arar la tierra, a esta figure le sigue la de una mujer; ambas en la cosmogonía otomí, representan la fertilidad, tanto en la tierra como en la vida.
A los costados en color verde se presenta la tierra, bordeada por puntos que representan las semillas que deben cultivarse y cuidarse, tal como la cultura otomí impregnada en este cinturón; ya que comparte el espíritu de lucha y logro, de sembrar para obtener frutos y de retribuir a la tierra lo que ofrenda.
Los colores rosa, verde y amarillo de este cinturón, comulgan con la cromática y los valores del Gobierno del Estado de México que dan cuenta de la armonía basada en el amor y el cariño de la familia, la diversidad, la fertilidad de los valles; la inspiración para proteger los derechos y libertades de las mujeres; el futuro y empuje de nuestros jóvenes; el campo, la productividad; la alegría y motivación para servir a los demás, la igualdad, la tolerancia y las oportunidades equitativas; el cuidado y la salud; así como la firmeza en nuestras decisiones para obtener resultados fuertes.
Cabe destacar que la lana con la que está hecho el cinturón es elaborada y teñido artesanalmente con tintes naturales, provenientes de misma tierra Otomí.
Rúbico y el proceso de la placa
Rubicó es la casa de la mexicanadas, que son chispazos de ingenio, a través de la expresión artística y la tecnología. Rubicó es una muestra de la grandeza del ingenio mexicano.
Es un trabajo realizado en etapas: primero se creo una placa de obsidiana negra con grabado en una técnica conocida como “Sand-blast”, posteriormente se trabajó con otra pieza tallada en obsidiana y grabada con la misma técnica, luego se ensambló en la pieza plana, dando realce y presencia al boxeador y las banderas
Para el proceso completo de esta placa se hizo un trabajo de lapidaria que conllevó:
Corte, pulido, abrillantado, tallado, grabado y barrenado. Se desarrolló un trabajo de diseño en la placa con la selección de dos tipos diferentes de obsidiana (negra y dorada) en dos planos (bajo y alto relieve) para generar contraste y armonía en la pieza central del cinturón.
Serie de cinturones especiales creados por el CMB
A partir del 2017, el Consejo Mundial de Boxeo lanza estos cinturones conmemorativos que se entregan a los ganadores de las peleas de campeonato mundial que se celebran en las fechas importantes del 5 de mayo y 15 de septiembre, ya que históricamente conmemora las mejores peleas se efectúan alrededor de esos dos días más importantes del boxeo.
Cada cinto es emblemático y representa cada año una expresión de arte popular de México.
La primera edición fue elaborado por los artesanos Huicholes: “El Camino de la Vida” y “Nuestra Madre Aguila” en 2017. El “Camino de la Vida” fue para Saúl “Canelo” Alvarez al derrotar a Julio César Chávez Jr. “Nuestra Madre Aguila” fue para Gennady Golovkin.
La segunda edición fue elaborado por artesanos chiapanecos “Bats’il Ajaw” y “Guerrero Maya”. El “Bays’il Ajaw” para Gennady Golovkin al derrotar a Vanes Martirosyan. El “Guerrero Maya” lo ganó Saul Canelo Alvarez al ganarle a Genaddy Golovkin.
La tercera edición fue hecho con elementos de arte popular Maya “El Cinturón Maya” conmemoró la pelea del 5 de mayo de 2019, seguida de su segunda versión. “El Cinturón Maya” lo ganó Saúl Canelo Alvarez al vencer a Daniel Jacobs y el “Maya 2” fue para el inglés Tyson Fury que derrotó a Otto Wallin.
Hasta llegar en 2020, con el Mazahua-Otomí que se entregará a Julio César Chávez el próximo 25 de septiembre en Tijuana cuando enfrente por tercera ocasión en duelo de exhibición a Jorge “Travieso” Arce. Será un reconocimiento a la trayectoria del mejor boxeador mexicano de todos los tiempos y fue pionero en tomar como campamento de altura las instalaciones del Centro Ceremonial Otomí.