La selección Argentina sub-23 busca emular la hazaña de sus predecesores y coronarse campeón de la Justa Veraniega de París 2024. Un objetivo que parece ambicioso, pero que no imposible si se toma como referencia la última vez que la Albiceleste alcanzó la gloria olímpica: en Beijing 2008.
Aquel equipo, dirigido por Sergio Batista y plagado de estrellas como Lionel Messi, Juan Román Riquelme, Ángel Di María, Javier Mascherano y el actual técnico de Chivas, Fernando Gago, dejó una huella imborrable en la historia del fútbol olímpico.
Tras una brillante actuación en el torneo, donde vencieron a selecciones de la talla de Brasil, Países Bajos y Nigeria, la selección argentina sub-23 se proclamó campeona olímpica por segunda vez en su historia.
El camino hacia la gloria no fue fácil. Argentina tuvo que superar rivales complicados desde el primer partido, pero el talento y la jerarquía de sus jugadores se impusieron en cada encuentro.
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El camino al título
En la fase de grupos, la Albiceleste venció a Costa de Marfil 2-1, Australia por 1-0 y a Serbia por 2-0, clasificando como primera de su grupo a los cuartos de final.
En cuartos de final, Argentina tuvo un duro encuentro ante Países Bajos, pero gracias a un gol de Di María a pase de Messi en tiempos extra consiguieron el pase a semifinales.
A un paso de la final se encontraron con su eterno rival Brasil. Los argentinos superaron ampliamente a los brasileños comandados por Ronaldinho con un marcador de 3 - 0.
La final enfrentó a Argentina contra Nigeria. Un partido vibrante y lleno de emociones que se definió con un gol de Ángel Di María y asistencia de Messi.
La conquista del campeonato en Beijing 2008 fue un momento histórico para el fútbol argentino. Un logro que significó la confirmación de una generación de jugadores excepcionales que se volvieron leyendas a nivel mundial.
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