Hace solo unos años, Ansu Fati era considerado la joya más brillante de la Masía, el heredero natural de Lionel Messi, con la camiseta número 10 como símbolo de confianza. Hoy, esa fe parece haberse esfumado. El técnico del Barcelona, Hansi Flick, no lo convocó para el partido de octavos de final de la Copa del Rey contra el Betis, en lo que parece ser una decisión que marca el fin de su etapa en el club.
Es el tercer encuentro consecutivo en el que Flick deja fuera a Ansu. Ya había sido excluido de los duelos de la Supercopa de España frente al Athletic Club y el Real Madrid. Las declaraciones del técnico alemán no dejan lugar a dudas: “Tiene que trabajar como todos y dar lo mejor. Tras la lesión no nos mostró su cien por cien, y es una pena por él y por nosotros”.
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Ansu Fati y su romance con las lesiones
El problema de Fati no es nuevo. Desde su debut en 2019, ha sufrido 14 lesiones, acumulando 686 días de inactividad, un tercio de su carrera profesional. Este año, ha jugado apenas 188 minutos en ocho partidos, muy lejos de los días en los que deslumbraba bajo la dirección de Ernesto Valverde en 2020.
Con contrato hasta 2027, Ansu Fati parecía destinado a liderar al Barcelona en su nueva era. Sin embargo, la camiseta 10 pesa, y el rendimiento del joven de 22 años ha sido insuficiente. Mientras él batalla por un lugar, el club encuentra en Lamine Yamal al talento que esperaban de Fati.
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El Barça parece estar listo para cerrar este capítulo. ¿Es el fin de una de las promesas más grandes de la última década? Solo el tiempo dirá si Ansu logra resurgir o si este es el inicio de su despedida del fútbol de élite.