Un día como hoy pero en 2012, la Selección Azteca dirigida por Luis Fernando Tena se colgaba la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres para conseguir el máximo logro en la historia del balompié mexicano.
El conjunto nacional llegó a tierras inglesas como vigente campeón panamericano y del torneo Esperanzas de Toulon. Los 18 elementos defendieron con honor y pasión los colores de nuestro país.
A un plantel joven y hambriento de gloria, se sumaron tres jugadores llenos de experiencia y liderazgo que tenían como función encaminar a una medalla.
En su debut en la justa olímpica se empató sin goles ante Corea del Sur. Esto provocó dudas en el entorno tricolor, que no aflojó la marcha en busca de la clasificación. En el segundo encuentro se enfrentaron ante un férreo conjunto gabonés que lucía sólido en la defensa.
Fue hasta que Giovani Dos Santos, un viejo conocido del Tri, logró romper las redes y darle la victoria a México con un doblete.
Oribe Peralta mostró su jerarquía en el último duelo de fase de grupos y aseguró el primer lugar para los suyos con un solitario gol ante Suiza.
Te podría interesar: Quiero una nueva Champions con el PSG: Lionel Messi
Con hambre de oro
Ya en fase de eliminación los refuerzos demostraron su valía en la escuadra que comandaba el ‘Flaco’ Tena. Senegal fue el rival que llevó a México al límite, pero el buen funcionamiento de los Aztecas se impuso ante los africanos en tiempos extras.
El objetivo era claro. No importaba el rival y México quería el oro bajo cualquier circunstancia. Se impuso a Japón con una gran actuación de Jesús Corona, otro de los refuerzos.
Con Brasil confirmado como rival en la final, la Selección Nacional quería emular las históricas victorias ante la verdeamarela.
Con una genialidad de Peralta se abrió el marcador al minuto 1 y provocó el júbilo de la afición mexicana que se encontraba en el mítico Estadio de Wembley. El combinado nacional nunca se hizo menos ante los sudamericanos.
Lo que empezó como un sueño, se convertía en una realidad al minuto 75, cuando Oribe firmó su doblete y nos dejó una de las narraciones más épicas de la historia.
Gol de oro, gol de oro. No te mueras nunca, Oribe
Poco importó que Brasil anotara al 91’, pues todo el país celebraba la primera medalla de oro en el futbol.
El Himno Nacional retumbó en todo el estadio y marcó el último oro conseguido por la delegación mexicana en unos Juegos Olímpicos.
Se cumplen nueve años de una hazaña que no se olvida en territorio nacional.
Gracias por demostrarnos que sí se puede.
