Normalmente, Checo Pérez es un piloto que sabe aprovechar muy bien las condiciones climáticas adversas en una carrera de Fórmula 1. En el Gran Premio de los Países Bajos lo venía confirmando, hasta que una serie de desafortunados incidentes ocasionados por la lluvia, terminaron con sus posibilidades de podio. Esto es lo que aprendimos de su desempeño de este domingo.
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La estrategia era estupenda, la ejecución no tanto
Red Bull tomó muchas decisiones acertadas en la carrera de Checo Pérez este domingo. La primera de ellas fue llamar al mexicano a cambiar a neumáticos de lluvia antes que todos los pilotos. Esto le dio la opción a Checo de subir al primer lugar, realizando un undercut a casi todos los pilotos que estaban en frente, y además teniendo un ritmo de carrera muy superior, debido a las complicaciones que estaban teniendo todos con la tormenta que se desató apenas arrancado el Gran Premio.
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Después, cuando Checo iba en segundo lugar y Fernando Alonso traía buen ritmo, fue acertado también ingresar a checo a pits para cambiar a los ‘slicks’, y así evitar un undercut inminente del piloto español.
Todo iba bien, hasta que Checo entró nuevamente a pits a cambiar a neumáticos de lluvia extrema antes que todos, (nuevamente una buena estrategia en el papel), pero tardaron 10 segundos en cambiar sus gomas.
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Dos vueltas después, Checo perdió el auto en la curva 1 y aunque pudo regresar a la pista, fue rebasado por Fernando Alonso, quien hubiera quedado detrás si no fuera por la duradera para en pits del tapatío.
Checo fue sancionado con cinco segundos más por rebasar los límites de velocidad en el pitlane, lo que lo relegó hasta la cuarta posición. Esta fue una sanción muy rigorista, tomando en cuenta las condiciones en las que se encontraba la pista, con varios sectores en donde era muy difícil evitar el ‘aquaplanning’.
En general, las ideas eran buenas en torno al plan mexicano, pero el clima y algunos despistes de su equipo le pasaron factura para quedarse sin podio en los Países Bajos.
