FOTOS | Nemo está en peligro de extinción. El mítico pez payaso que nadie debería de tener como mascota.
Desde el estreno de ‘Buscando a Nemo’, se incrementó la compra de peces payaso. Es curioso porque la película denuncia que los peces no deben ser vistos como mascotas.
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Además de invadir y destruir su hábitat natural. Varias especies marinas tienen que afrontar el ser secuestrados de su vida para ser trasladados a acuarios.
Esto rompe el equilibrio entre la anémona y el pez payaso. Creando condiciones difíciles en la cadena marina.
Su nombre científico es Amphiprioninae y también son conocidos como peces de anémonas.
Mantener a un pez de agua salada no es barato, tiene cuidados especiales. No es como que puedan cambiarle el hábitat con agua de tubería citadina.
Se estima que los peces tropicales de agua salada necesitan un acuario de al menos 30 galones con niveles de salinidad extremadamente controlados para que pueden sobrevivir.
Después de Buscando a Nemo, la población de peces payaso se redujo en un 75% en algunas áreas.
Aunque tampoco es buena idea liberar a un pez por el inodoro, su vida terminaría al llegar a las tuberías.
Y liberarlos en un lugar cuyo hábitat no está cerca de ser el ideal, hasta podría romper con el equilibro de un ecosistema.
No se puede liberar a un pez en cualquier zona marina, es necesario conocer su entorno y saber si es viable. La mejor opción es no tener mascotas de este tipo.
Si la curiosidad los ha invadido, busquen las fotos de David Doubilet para National Geographic sobre los peces payaso. «En busca de Nemo: la vida del pez payaso»
Los arrecifes de coral del Indo-Pacífoco son la casa de las anémonas que albergan a estos peces.
Las anémonas brindan protección a los peces payaso de posibles depredadores.
A cambio de esa protección, el pez payaso le brinda a la anémona alimento y limpieza.
Aunque sin duda su mayor enemigo es el humano, no sólo por convertirlos en mascotas, también como principal culpable del cambio climático.
Científicos del CNRS dieron a conocer una lista de especies amenazadas por el cambio climático y aparecen los peces payaso.
Según la revista Ecology Letters la especie carece de capacidad genética para adaptarse a cambios bruscos que modifiquen su entorno.
En caso de que las anémonas y los arrecifes no mantengan condiciones optimas, podrían perder la vida que albergan.
Convirtiendo al humano en el único capaz de detener la catástrofe para peces como Nemo y Marlin.
De hecho de la idea sobre “liberar a los peces” viene la película de Buscando a Nemo.
El director, Andrew Stanton utilizó una de sus vivencias de infancia. Iba al dentista y observaba las peceras que tenían, él quería que los peces fueran libres.
Tras el nacimiento de su hijo. La foto de un par de peces payaso saliendo de una anémona, lo animo a retratar su experiencia como padre.
Él, al igual que Marlin compartían la sobreprotección de sus pequeños hijos, tanto que no disfrutaban su paternidad por aquel miedo.
Para 1997 el guion de la película ya se había trabajado con Stanton, y otros dos colaboradores, por lo que empezaron con la producción con un hilo conductor definido.
Al ser una película de animación, el reto se concentraba en ello. Esto llevo tiempo de estudio sobre la vida marina.
El equipo de producción y los dibujantes tomaron clases de buceo para estudiar detalle el arrecife de coral por ordenes de John Lasseter.
El equipo estuvo en visitas a acuarios, varios paseos en buceo en Monterrey (California) y Hawai. Además de sesiones de estudio frente a la enorme pecera de Pixar.
El entrenamiento en biología marina para el equipo fue clave para darle vida a la película.
La parte más difícil fue trabajar las diferentes profundidades del océano debido a que la luz juega un factor importante.
La buena recepción de los críticos y la gente fue tan grande que los galardonaron con el Oscar a la mejor película de animación. Siendo un triunfo rotundo.
También ha sido una de las películas vendidas en DVD con alrededor de 41 millones de copias repartidas alrededor del mundo.