Si te perdiste el emotivo final de No soy un robot, te contamos todo lo que ocurrió en este brillante cierre que combina emociones humanas con la precisión de los circuitos.
Min Kyu y Ji Ah por fin se convierten en novios, pero su camino no será fácil. A pesar de la felicidad que los une, aún enfrentan grandes retos, pues el viaje hacia la sanación de Min Kyu es largo y lleno de obstáculos. Además, deberán luchar para asegurar que AG3, la robot que tanto significa para ellos, no caiga en manos equivocadas y pueda seguir cumpliendo su misión de brindar amor y afecto a la humanidad.
Pero antes de eso, Min Kyu decide fortalecer el lazo con su equipo, pidiendo a todos que permanezcan a su lado para luchar juntos en esta nueva etapa. Sin embargo, la sorpresa llega cuando AG3 escapa y comienza a vivir su vida por su cuenta. En su camino, demuestra que sus circuitos están tan bien diseñados que, de alguna manera, logra hacer realidad los sueños de sus creadores.
Por otro lado, la empresa de Min Kyu sigue en peligro, pues hay quienes quieren despojarlo de su puesto. Frente a esta amenaza, Min Kyu decide enfrentarse a la opinión pública, revelando su enfermedad y todo lo que ha sufrido en su lucha por ayudar a los investigadores a crear nuevas patentes y avances robóticos.
En medio de este torbellino, su mejor amigo se enfrenta a su padre, quien intenta despojar a Min Kyu de su puesto. Es en este momento cuando, entre lágrimas y tensiones, Min Kyu se reencuentra con su amigo de la infancia, aclarando viejas rencillas y uniendo fuerzas para que la empresa siga prosperando.
AG3 es recuperada, pero el destino de nuestra pareja les pone una nueva prueba. Min Kyu debe cumplir con su servicio militar, lo que obliga a Ji Ah a continuar persiguiendo sus sueños por su cuenta. Lo logra, vendiendo sus lámparas de corazón a extranjeros y, finalmente, después de mucho tiempo, Min Kyu y Ji Ah se encuentran nuevamente. Este reencuentro nos regala una emotiva escena donde su amor florece en toda su plenitud, cerrando el ciclo con un tierno beso que resume todo lo que vivieron.
Un final que, como sus circuitos, permanece en nuestro corazón.
