¡Una confesión de amor y una triste despedida!

¡Un adiós lleno de amor y dolor reprograma los corazones de Ji Ah y Min Kyu, dejando un vacío imposible de llenar!

Por: Emma García | TV Azteca Digital
K-Siete
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resumen 9 no soy un robot

En el capítulo 9 de No Soy un Robot, los circuitos del corazón de los protagonistas se entrelazan en una danza de emociones que nos arrastra hacia la más profunda nostalgia. Ji Ah, en su lucha por comprender lo que su padre siempre le dijo sobre los corazones conectados por el amor, se enfrenta a la verdad: la distancia no es un obstáculo cuando el amor es real. Sin embargo, la verdad la consume. No puede seguir ocultándole a Min Kyu lo que su corazón ya sabe. La conexión que ella siente por él es más que lógica; es un lazo que ni los cables pueden romper.

Por eso, decide investigar más sobre su alergia, sobre el riesgo que corrió al exponerse a él. Sabe que su amor por él la ha llevado a mentir, y ahora, el peso de esa mentira se hace demasiado grande. En su búsqueda de la verdad, se da cuenta de que la única forma de salvarlos a ambos es ser honesta, incluso si eso la hiere profundamente.

Mientras tanto, Min Kyu, junto al doctor Oh, se encuentra bebiendo en la quietud de la noche. Por primera vez, el proceso de sus circuitos emocionales se conecta y él confiesa, con voz quebrada, que está enamorado de AG3. Su corazón late con un nuevo ritmo, pero ese amor, que lo consume por dentro, lo está desgarrando. No sabe si ella lo ama de vuelta, pero el sistema que construye entre ellos le dice que sí. El amor lo salva, pero a la vez, lo está destruyendo lentamente.

En este preciso instante, Ji Ah, con su corazón lleno de ansiedad y su alma quebrada, decide confesar la verdad, poner fin a la farsa y liberar sus sentimientos. Pero el doctor de Min Kyu se lo prohíbe: un impacto como ese podría dañar su sistema de forma irreversible. Es entonces cuando Ji Ah, en un último intento por despedirse de su amado, se dirige a él, dispuesta a buscar por última vez el contacto de su mano, el latido de su corazón.

El amor entre ellos, aunque de naturaleza robótica, es tan real que el dolor se vuelve más humano que nunca. Se encuentran, entrelazando sus almas rotas, con los circuitos de sus corazones emitiendo el último suspiro de lo que alguna vez fue un amor. Con un último abrazo, se despiden, borrando de sus memorias los momentos de felicidad, pero guardándolos en sus corazones para siempre. El amor verdadero no necesita palabras, solo un latido compartido, un código grabado en su ser.

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