San Martín Caballero, el Santo de los comerciantes

San Martín Caballero es uno de los Santos más venerados y queridos por los devotos, aquí te contamos sobre él y por qué es llamado el Santo de los comerciantes.

Por: Rodrigo León | TV Azteca Digital
Especiales a más + 7.2
san martin caballero
Crédito: Revista Santa Fe

San Martín Caballero es sin duda uno de los Santos más queridos y venerados por los creyentes. La gente acude mucho a él en sus oraciones para que los ayude con ciertas encomiendas. Es conocido como el patrón de los necesitados, los soldados, los fabricantes textiles y los comerciantes.

A Cada Quien Su Santo | San Martín Caballero

[VIDEO] Marcelo y su esposa pasan por una mala racha, al grado de sufrir un embargo en su departamento. Sólo un milagro de San Martín Caballero podría ayudarlos.

¿Quién fue San Martín Caballero?

San Martín Caballero, también conocido como San Martín de Tours o San Martín de Loba, nació en la ciudad de Sarabia de Panonia, lo que ahora se conoce como Hungría, en el año 316. Un dato curioso es que tal vez nunca se imaginó llegar a ser quien fue, pues se cree que sus padres no practicaban ninguna religión o creencia a Dios. Se sabe que en aquel tiempo el cristianismo era conocido como una nueva religión y de poca popularidad.

A los 15 años fue inscrito a la milicia por su padre, donde formó parte de la caballería imperial de Roma. Después de 25 años permaneciendo en el servicio militar, San Martín Caballero se pudo salir y dedicarse a ser Obispo de la Iglesia Católica. Se dedicó a luchar contra las tradiciones que se consideraban paganas.

Se cuenta que un día se encontró a un mendigo que temblaba de frío en las afueras de la ciudad, quien le pidió ayuda para encontrar un poco de ropa, Martín le dio la mitad de su capa para que entrara en calor. La historia relata que esa misma noche el ahora Santo recibió la visita de Jesucristo en un sueño, vestido con la media capa que le había regalado al mendigo, agradeciéndole por tan noble gesto.

Tiempo después, cuando los romanos se alistaban a combatir a los invasores bárbaros, el emperador visitó a su ejército para darle a cada uno de los soldados un incentivo económico antes de la batalla. Al llegar a Martín, éste le dijo: “Emperador, he luchado por ti, permite que ahora luche por Dios. Yo soy soldado de Cristo, y no me es lícito seguir en el ejército ni aceptar tu dinero”.

El emperador podía haber mandado ejecutar al soldado, pero Martín era apreciado por todos y, de hacerlo, bajaría la moral y ocasionaría descontento en la tropa en víspera de la batalla. Por ello, el emperador prefirió burlarse de él, diciéndole: “Los bárbaros nos atacarán mañana y tu actitud, querido Martín, parece movida por el miedo más que por tu fe. Dices ser cristiano por miedo de enfrentarte y derramar sangre”. Martín le respondió: “Mañana déjeme en primera línea de batalla, sin armas, sin escudo y sin casco, así le probaré mi valor y fidelidad, y le demostraré que el miedo que tengo no es a morir, sino a derramar la sangre de otros hombres”. Así lo acordaron.

Sin embargo, el ejercito contrario acordó tregua y el emperador permitió entonces a Martín dejar la vida militar. A partir de aquí, se bautiza y viaja a Tours para estudiar y dedicarse a la Iglesia, se convierte en obispo y se le atribuyen numerosos milagros e intervenciones.

Te podría interesar: Él es San Ivo, el famoso patrono de los abogados

Oración a San Martín Caballero

Bienaventurado San Martín Caballero, lleno del Espíritu del Señor, tuviste siempre inagotable caridad con el necesitado. Tú que lleno de amor y generosidad cuando viste al mendigo que se congelaba de frío, sin saber que en verdad era Cristo, no dudaste en darle la mitad de tu capa, y no se la diste entera pues la otra mitad era del ejército Romano; tú, que no buscabas reconocimientos sino solo favorecer al prójimo, encontraste gloria ante el Señor, y cuando el Salvador se te apareció vestido con la media capa para agradecer tu gesto y te dijo “hoy me cubriste con tu manto”, decidiste no servir más en el ejército y dedicar tu vida a Dios y a la salvación de almas, siendo desde entonces propagador de la fe y santo hombre entregado a quien lo precisara.

Glorioso san Martín tu que obraste milagros y prodigios que con alegría, amabilidad y la más exquisita bondad te ganaste los corazones de todos y no dejaste de trabajar por su bienestar, tiéndeme tu mano y ayúdame a salir de todas las carencias y problemas económicos que ahora me afligen y causan desasosiego.

Glorioso san Martín, bendito patrón mío, te pido con gran fe y humildad me consigas de Dios, la fuente de todas las Misericordias que mis caminos en esta tierra, mi trabajo y mis empeños se limpien y abran con claridad. En el nombre de Dios Todopoderoso, Señor San Martín de Tours, aleja todo lo que me perjudica.

Oh santo alivio, préstame tu santo amparo; ayúdame, te lo ruego en estos malos momentos: (pedir aquí lo que se necesita) Tú que tienes, noble san Martín, milagroso poder; lleva mis súplicas cuanto antes a los Cielos, pide para mi casa todo lo bueno, que los agobios, ruinas y pobrezas se vayan y la buena suerte entre en mi trabajo (o negocio) y con ella la abundancia y prosperidad, para poder ayudar a todos los necesitados.

San Martín, bendito obispo de Tours, que tus virtudes y caridad me acompañen siempre, yo no dejaré de rezar y agradecer al Altísimo los favores concedidos, y seré caritativo con todos mis hermanos y necesitados. San Martín intercede por mí, y líbrame y protégeme de todo mal. Amén.

Rezar el Credo,
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

También te puede interesar: Santa Teresa de Jesús, la gran doctora de la Iglesia

¡No te pierdas nuestro contenido, sigue a a+ 7.2 en Google News!
×