La terrible historia ‘Genie Wiley’, la niña salvaje

Desafortunadamente, hay varias historias de niños salvajes, niños, que fueron aislados de la sociedad. Sin embargo, una de las historias que más ruido causaron tanto entre la sociedad como en la comunidad científica fue el horrible caso de Genie Wiley.

La niña pasó gran parte de su vida encerrada en una habitación, aislada y maltratada durante muchos años. Gracias a ella la ciencia pudo comprobar diferentes teorías cuyos experimentos nunca se realizaron, pues resultaría bastante cuestionable e inhumano realizar este tipo de actos en una infancia cuya vida no merece ser destruida. Su vida resolvió varios cuestionamientos como, ¿una persona que se cría aislada puede desarrollar el lenguaje?, entre otras. A continuación te presentamos la macabra historia de Genie Wiley.

Es importante aclarar que el nombre real de la niña no era Genie, pero se le dio ese nombre para proteger su identidad y privacidad. El 4 de noviembre de 1970, en los Ángeles, California, el mundo se enteraría de la historia de Genie, después de que su madre huyera de los abusos de su padre junto a Genie Wiley. Su madre llegó a servicios sociales con ella y los trabajadores sociales no tardaron mucho en descubrir, que la niña, de 13 años, había pasado la mayor parte de su vida aislada.

Las autoridades efectuaron la investigación correspondiente y descubrieron que Genie había estado aislada toda su vida y que gran parte del tiempo la pasaba desnuda y amarrada a una silla. Ambos padres fueron acusados de abuso contra la menor, sin embargo, el padre de Genie se suicidó un día antes de ir a juicio. Antes de morir, el padre de la niña escribió una nota que decía “El mundo nunca lo va a entender.”

En las condiciones en las que estaba, lo único que era capaz de mover libremente eran sus manos y pies. Además, nadie le dirigía la palabra, pues el padre lo tenía completamente prohibido. Si Genie hacía ruido, el padre, entraba a la habitación para golpearla hasta que ella se quedara en silencio. De las pocas veces que su padre llegó a interactuar con su hija, le gruñía o ladraba para “comunicarse”.

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Tras su rescate, miembros de la comunidad científica comenzaron a interesarse en su caso. Había muchas preguntas a las que ella podía de alguna forma dar respuesta. Uno de los científicos que se interesaron en su caso fue el psicolingüista Harlan Lee, “nuestra moral nos impide llevar a cabo experimentos de privación de seres humanos, y estas desafortunadas personas son todo lo que tenemos para seguir adelante con la investigación” dijo del caso de Genie.

El caso de Genie Wiley generó mucha controversia, muchos creían que lo que los científicos hacían con ella era, igualmente, una forma de abuso. A pesar de eso, varios psicólogos y expertos en lingüística, comenzaron a trabajar con ella para rehabilitarla e intentar integrarla a la sociedad. Cuando el equipo de científicos se reunió con ella para ayudarla, Genie, solo pesaba 27 kilos, se movía de una forma muy extraña, escupía y no podía estirar los brazos ni las piernas. Además, no hablaba, no entendía palabras, tenía incontinencia y era incapaz de masticar.

Los debates éticos sobre el caso continuaron, haciendo que el caso de Genie, así como su avance o su ubicación, se le negaron a la sociedad para protegerla de alguna manera. Aunque no se sabe con exactitud qué paso con ella, se dice que nunca aprendió a hablar, no entiende el pudor, pero que finalmente logró crecer feliz.

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