Actualmente no se entiende la existencia de la lucha libre si las máscaras, pero no siempre fue así, pues fue hasta los años 30 que dicho accesorio incursionó en la lucha libre en México.
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La máscara llegó a México gracias a un luchador estadounidense
Un luchador estadounidense apodado Cyclone Mickey fue el primero en traerla a tierras aztecas, ya que Salvador Lutteroth, mexicano que comenzaba a fundar la Empresa Mexicana de la Lucha Libre (EMLL), lo trajo a México al verse sorprendido por su agilidad sobre el cuadrilátero.
A pesar de la gran expectativa que se había generado con la llegada de Cyclone Mickey, el luchador no fue tan cautivador con los mexicanos como se esperaba en su primera presentación y no contó con grandes reflectores en su pelea.
El enmascarado que regresó para triunfar en el cuadrilátero de México
Sin embargo, poco después regresaría por lo alto con un nuevo nombre y una innovadora máscara que portaba para ocultar su identidad, aunque muchos ya sabían que era el mismo Cyclone Mickey, pero para esos momentos, se había rebautizado como La Maravilla Enmascarada, con lo que arrasó en la cartelera.
Fue tan grande esta aportación, que de inmediato hubo luchadores que se sumaron al uso de la máscara, pues aunque en Estados Unidos era relativamente común ver a los luchadores con antifaz o máscara, en México era algo que no se conocía.
El primer luchador mexicano en usar máscara
El ahora legendario Murciélago Velázquez fue el primer luchador mexicano que incorporó la máscara a su vestuario sobre el cuadrilátero; y también se convirtió el primero en perderla y tener que desenmascararse frente a todo el público al ser vencido por su rival, Octavio Gaona.
En Estados Unidos la lucha libre en general dejó de ser atractiva para mucha gente en aquel entonces y perdió popularidad, sin embargo, en México tomó más fuerza y hasta el día de hoy se concibe como un deporte muy nacional, por lo que la máscara forma parte de esa identidad mexicana.